En el comienzo del largo trayecto en la
“!>ruta del consuelo”!>, con destino final al
“!>epicentro del dolor”!>, Ciudad Juárez, Chihuahua.
“La caravana del consuelo, palabra bellísima, muestra solidaria –dice– para acompañar el dolor, la soledad del otro, igualmente agraviado por el crimen organizado o por las corporaciones policiacas, o por las dos en esa siniestra colusión de ambos"
Una marcha, asegura durante el mitin inicial, contra
“!>la noche que nos han impuesto”!>los políticos y las ineficaces instituciones. Mientras quienes dicen representar a la sociedad mantengan esa visión de alcanzar el
“!>poder por el poder”!>o la lógica del
“!>haiga sido como haiga sido”!>, la sociedad no va a poder recobrar su dignidad, subraya.
“!>Tenemos que salir de este infierno y dolor que nos han impuesto”!>, resume el poeta Javier Sicilia en su arenga por que la sociedad y su activismo ponga fin a las decenas de miles de
“!>bajas colaterales o abstracciones que nos quieren hacer creer, cuando detrás de esos rostros hay vidas segadas, inocentes o criminales que no nacieron así”!>.
“Los inocentes están pagando esta guerra, por la negligencia de las instituciones, por la corrupción de las instituciones, que ha permitido que el crimen campee, como lo está haciendo, y cobrando las víctimas que somos los ciudadanos.”!>
“¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”!> Es una consigna legendaria, que cobra fuerza de nuevo, ahora en medio de otro tipo de guerra.
(fragmentos extraídos de La Jornada con fecha de 05/06/2011)!>
No hay comentarios:
Publicar un comentario